«¡A lo loco! ¡A lo loco! A lo loco se vive mejor.»

Canción de Luisa Linares y los Galindos.

Antes de seguir con estas IMPROcedencias, tratando cuestiones diversas relacionadas con la improvisación teatral, toca definir el término primordial, IMPRO. Vamos allá. Y quédate con la copla.

IMPRO es la abreviatura de la palabra y el concepto improvisación e incluye, sin nombrarla, a la palabra (y al concepto) teatral. Es que si no, no sería una abreviatura.

La palabra IMPRO hace referencia a un formato de teatro, con una serie de características que paso a detallar (pero si a ti lo que te va es la marcha, marcha, si las cavilaciones o reflexiones en general y en particular sobre teatro no es lo tuyo, eres más bien dicharachero y disfrutón, te recomiendo  abandonar ya la lectura de este texto. Lánzate a las calles y busca una clase o un espectáculo IMPRO).

Para los que sí les interesa el rumiar mental, las conjeturas o el razonamiento, seguimos.

La característica principal, distintiva y genuina, chachi piruli de la IMPRO, es que el producto resultante, las escenas teatrales, son improvisadas. ¡Ja! No se ensayan, no se preparan. Corregir, mejorar, cambiar, modificar, purgar, retocar, revisar, pulir, arreglar, reformar, enmendar, refinar, planificar, testar, ajustar, rehacer, abrillantar, rectificar, hermosear, regenerar, enriquecer… Nada de eso es parte del vocabulario de la IMPRO. Tampoco arrepentirse, volver a empezar, desdecirse, echarse atrás, retractarse, plegar velas.

Más bien nos acercan a la IMPRO las expresiones en bruto o a lo loco. En la IMPRO podemos definir las cosas que ocurren en escena como casuales impulsivas, efímeras,  apuntes, bocetos, esbozos. La IMPRO es a troche y moche. Incluso  despreocupada, al tuntún, a matacaballo, de chiripa, a pelo, desnortada, sin control, a ciegas, como pollo sin cabeza. ¡A palo seco!

Como se puede oír en el inicio de algunos espectáculos de IMPRO “ustedes no saben lo que van a ver, nosotros no sabemos lo que vamos a hacer” Impredecible, escurridiza, desafiante.

La unidad de medida de la IMPRO es una improvisación (larga, corta, cortisísima,…) creada, construida y representada por uno o más actores delante del público sin preparación previa. Y esta es otra característica propia e inconfundible de la IMPRO: el sujeto de la creación, interpretación y puesta en escena es la misma persona: el/la improvisador/a. En la IMPRO vemos a un equipo de actores y actrices al acecho para crear escenas, piezas de teatro improvisado. Cada uno de ellos y ellas será a la vez actor, dramaturgo y director.

Un producto que surge del encuentro de herramientas técnicas y recursos expresivos del actor y la imaginación del espectador. El improvisador acciona y el espectador percibe, imagina, siente, resuena, vibra…y  ¡hop!, brota una impro.

Hacer IMPRO es una actividad que implica poner al servicio del juego creativo múltiples elementos que disponemos y manejamos en realidad la mayoría de los seres humanos: cuerpo, voz, espacio, tiempo, imaginación, fantasía, humor, trabajo en equipo.

Otra característica esencial de la IMPRO: es un teatro básico y directo, extremando la expresión, “2 que hablan”. Aunque hay muchas formas de hacer IMPRO, la esencia: 2 personajes que se comunican, que interactúan. Y en ese dialogo desarrollan una escena, una historia improvisada que el público recibe con interés y alegría…o estupor y tedio…o incredulidad y sorpresa…o….

Alguien podría decir que sobre todo es un entretenimiento ingenioso. Sí, desde luego a veces lo es. Pero puede ir mucho más allá. Y en muchas direcciones.

La IMPRO recupera el primigenio y ancestral espíritu festivo y lúdico de la actividad teatral. A la vez que conecta con el presente más vivo.

La IMPRO es un espacio de colaboración, de creación colectiva. Promueve el encuentro, entre creadores de distintas disciplinas, convoca a nuevos públicos, habilita nuevos espacios de representación.

Dentro de la IMPRO hay muchas diversas formas, estilos y hechuras: formatos deportivos, muy tecnológicos, musicales, monólogos, cabareteros, raperos, con mensaje social, clásicos, infantiles, noctámbulos, de calle…prácticamente todo cabe en la IMPRO.

Un lugar para desarrollar y plasmar tu poética en constante renovación y movimiento. Para desplegar tu alegría y desparpajo creador.

Una fascinante apuesta de riesgo para los creadores escénicos. ¡Una gozada para el espectador! El público percibe el escenario de la IMPRO, vacío, inmóvil, espera impaciente el inicio de la acción. Los improvisadores provistos de una infinita motivación para elaborar y comunicar, se disponen a llenar de personajes, lugares, emociones, atmósferas y sensaciones el escenario, concretando ficciones teatrales al calor de la acción. Tiene el valor de ser una creación espontánea, un teatro absolutamente vivo. IMPRO, un palabro para denominar… el teatro improvisado.

Si has llegado hasta aquí en la lectura… ¡Stop! ¿Dónde vas a comprender, disfrutar y enamórate de la IMPRO? Acude sin demora a una clase o a un espectáculo de IMPRO… ¡Ya estás tardado! ¡A vivir, que son dos días!

IMPROcedencias, por Pablo Pundik
Un momento reposado para abalanzarse sobre la IMPRO, siempre tan vertiginosa y escurridiza. Reflexión y análisis. Cavilaciones y conjeturas. Chorradas y exabruptos. Piezas de un rompecabezas. Para ampliar y reforzar la comprensión del universo IMPRO.