IMPROcedencias, por Pablo Pundik

Un momento reposado para abalanzarse sobre la IMPRO, siempre tan vertiginosa y escurridiza. Reflexión y análisis . Cavilaciones y conjeturas. Chorradas y exabruptos. Piezas de un rompecabezas.
Para ampliar y reforzar la comprensión del universo IMPRO

IMPROcedencias=11:- Equívocos, desorden, casualidades y carambolas.

En la IMPRO, como en la vida, meter la pata es pan de cada día. Equívocos, pifias, retruécanos, confusiones, carambolas… Existir es bastante lioso.

Dice Ortega y Gasset: “la vida es un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad y procura ocultarla con un telón fantasmagórico donde todo está muy claro”.

Cómo dicen Ortega y Gasset muchísimas cosas no encajan. Por poco que rasquemos, el desorden y el embrollo aparecen en todas partes. En la realidad, en la ciencia o en las matemáticas. Lo inesperado, lo insólito y lo asombroso campan a sus anchas. Extraño, inaudito, raro, inusitado, asombroso, intrincado, espeso…Por aquí y por allá equívocos, desorden, azar, casualidad.

Sin embargo, como ellos (Ramón y Cajal) afirman, a mucha gente le tiemblan las carnes ante todo esto y se dejan seducir por la ley del orden y la norma, se tragan la píldora de que todas las piezas puedan encajar. Pérfidos sabihondos. Atrincherados en sus creencias, se creen investidos de un conocimiento superior. Tener respuesta para todo. ¡Saben más que nadie!

Allá a ellos con su suficiencia y autoridad, sus conspiracionismos y sus empeños en salvar el mundo, se pierden disfrutar de equivocarse, perderse, mear fuera del tarro, desviarse, liarse…

Muchas veces esos traspiés son lo que convierten algo ordinario en extraordinario. Darle la vuelta a la tortilla y transformar el error en algo valioso, germen de la originalidad. ¡Maravillosas sorpresas!

Frente al orden y la disciplina que muchos quieren imponer, los improvisadores nos alimentamos de la casualidad, los desbarajustes, el barullo y el azar.

No hay callejones sin salida, solo nuevos desafíos. Vías de creación inexploradas.

Nos han educado para ser prudentes, planificar y evitar lo que pueda causar problemas. Bueno, vale, OK. ¡Pero no tiene que ser así siempre, y para todo! Vamos por la vida asustados, tenemos miedo a meter la pata, a cometer errores, al fracaso. Y claro, el desorden y lo inesperado, que está por todas partes y a todas horas, nos bloquea. El miedo al fracaso nos paraliza la voluntad de probar nuevas cosas, de decidirse por lo inexplorado.

El riesgo es parte esencial de la creatividad.  En los entrenamientos, en las clases de IMPRO, o frente al público es clave debilitar este miedo a fallar, a errar el tiro, a cagarla. Cuando empezamos a perder el miedo a cometer errores, estamos también rebajando presión y exigencia. Presión y exigencia que muchas veces son lo que nos amilanan, bloquean o anulan.

Muchas veces, en IMPRO (y en muchas otras cosas) más que aprender, es desaprender, zafarse de los moldes con los que hemos crecido. Liberarse de ataduras, complejos, obstáculos, manías, vicios, temores, falta de confianza,  inseguridades. La creatividad aparece cuando me libero de muchas de estas cosas. Ahuyentar prejuicios, recetas que dicen lo que es bueno y malo, correcto e incorrecto, digno o indigno, para recuperar la espontaneidad y la subjetividad. Si practico, poco a poco, iré perdiendo la sensación de insatisfacción, desencanto, decepción, frustración.

Decía Samuel Becket: Inténtalo otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”

Romper moldes, clichés, patrones y estereotipos. Trabajar con la novedad implica romper. La IMPRO desconcierta con lo inesperado. En escena, en los entrenamientos, en la ejercitación de lo imprevisible, el desorden es parte esencial. Seguir un orden es limitar, coartar los objetivos de las creación escénica. No seguir modelos para ser auténticos. Por el desorden y la aleatoriedad a lo inesperado y lo imprevisible. No solo es inevitable, es parte esencial de la vida y de la creatividad.

Contra el orden y el determinismo: ¡IMPRO!

Madrid, 24 de Febrero de 2023