Aprender Impro en Asura

IMPROcedencias, por Pablo Pundik
Un momento reposado para abalanzarse sobre la IMPRO, siempre tan vertiginosa y escurridiza. Reflexión y análisis. Cavilaciones y conjeturas. Chorradas y exabruptos. Piezas de un rompecabezas. Para ampliar y reforzar la comprensión del universo IMPRO.

2. Aprender a improvisar

Un viaje de mil millas comienza con un simple paso.

Lao Tse (Filosofo chino, siglo VI a.C.)

Segunda clase del curso 2021/22 de IMPRO nivel intermedio. En este grupo hay gente con varios años de IMPRO y otros con bastantes menos. Los que llevan más tiempo hay cosas que ya dominan o conocen. Los más nuevos, con curiosidad por los patrones a seguir en la creación de una escena improvisada, tienen ciertas lagunas de las herramientas básicas.

¿Pueden trabajar en el mismo grupo? Esto me inspiró el tema de esta segunda entrada de IMPROcedencias, ¿Qué es esto de aprender a improvisar?

Así, como a hablar los niños aprenden hablando (practicando, escuchando, observando), a improvisar se aprende improvisando (practicando, escuchando, observando).

Improvisar, es cierto, lo tenemos que hacer cada día, desde que uno se levanta. Hay muchas pautas de comportamiento mecanizadas, pero la vida está llena de imprevistos. Espero en la parada del autobús y no viene, ¿Qué hago? ¿Metro, camino, taxi, me vuelvo a casa? Tengo que recoger la caca de mi mascota en el parque y se me han olvidado las bolsitas. ¿Le pido a esa señora un Kleenex, busco por algún sitio una bolsita, cojo una hoja de árbol caída, me hago el longuis? O Pedir en la barra del bar. ¿Espero pacientemente, hago gesto hacia el camarero, grito “Camarero”, cojo un vaso que no es para mí y parece que nadie echa en falta? Elegir un regalo, charlar con amigos, enfrentarse a un tigre hambriento, etc.

En tales situaciones decimos que estamos improvisando, pero lo que hacemos es buscar patrones de conducta conocidos, de situaciones similares vividas anteriormente, que nos permiten recuperar la rutina sin arriesgar demasiado.

La propuesta de una clase de IMPRO, aprender a improvisar, aspira a algo más que buscarse la vida para no pisar una caca en la calle, saludar a alguien que dice conocerte y tú no lo recuerdas, tomarse una caña en un bar atestado de gente o rescatar a una cría de loro de cabeza amarilla en el parque de Berlín.

Más allá de buscar soluciones que nos permitan continuar nuestras vidas con tranquilidad, se trata de adquirir la capacidad de resolver de manera espontánea y creativa las cuestiones que vayan surgiendo en la escena, en el desarrollo de una IMPRO.

Se trata de crear solo o en grupo historias, obras de teatro de manera espontánea, sin preparación previa. Es una actividad artística, al alcance de todos, artistas de todo tipo, actores, aficionados, inexpertos,  neófitos, pipiolos…

En una clase de IMPRO no se trata, como tantas veces  nos han instruido, de copiar y repetir. Aprender IMPRO es un ejercicio práctico de comprensión y asimilación de las herramientas de composición y creación teatral en modo IMPRO. Atrapar  los recursos, procedimientos y dinámicas que permiten crear escenas teatrales improvisadas.

Igual que un músico domina su instrumento o un  pintor los colores y los materiales, un improvisador debe aprender a dominar su instrumento (su cuerpo) y las herramientas técnicas de la improvisación Teatral.

También esta semana he comenzado varios grupos de  iniciación. Cada uno se presenta brevemente, y expone sus expectativas ¿Qué esperan del curso de Improvisación teatral? ¿Por qué? ¿Para que?…

En general los objetivos, propósitos que exponen los alumnos este primer día son bastante difusos. Dejo claro que es un curso de Improvisación Teatral y que nuestro objetivo es aprender a improvisar, hacer teatro improvisado. ¡Y nos ponemos en acción! Los primeros pasos, los balbuceos en el asunto de aprender a improvisar.

En las primeras clases los alumnos se quedan ojipláticos. Sencillos ejercicios, transparentes explicaciones, parecen alucinantes revelaciones. Conectar con sensaciones íntimas, sentimientos, ser capaces de expresarlo con el cuerpo, la mirada o la voz son redescubrimientos imponentes. Aprender a improvisar resulta deslumbrante, cada paso que damos, cada herramienta que descubrimos.

Luego aparecen las dificultades, bloqueos, estancamientos, embrollos, desilusiones y demás gaitas que te frustran y que pueda ser que practicar IMPRO no sea tan maravilloso… hasta que todo encaja y parece que está chupado.

Por supuesto, igual que para escribir leer básico y clave, para improvisar ayuda mucho ver teatro, todo tipo de teatro y espectáculos.

La IMPRO, como todo conocimiento es un trayecto, debemos transitar ese camino, desde el desconocimiento al saber.

Y aunque pueda haber cierta progresión en los programas de enseñanza, el aprendizaje no es lineal, previsible y ordenado. Tiene momentos de subidones, bajonazos, estancamientos… ¡Montaña Rusa!

El aprendizaje de la improvisación es un proceso de asimilación, que implica dedicar tiempo para incorporar la técnica. Tiempo, tiempo, tiempo. Práctica, práctica, práctica. Proceso, proceso, proceso.

Aprender a improvisar es moverse con destreza y fluidez en el espacio de creación de las artes escénicas: actuación, dramaturgia, puesta en escena. Conocer y ejercitar las reglas esenciales de la IMPRO: escucha, rebote, trabajo en equipo, improturgia y todo lo demás. Ampliar el campo perceptivo, de expresión y comunicación. Entrenarse y aprender contenidos que favorezcan la creación.

En grupo, nos adentramos a un nuevo conocimiento, un recorrido singular. Cada uno, en cada momento, va experimentando su propio aprendizaje, apoyado por el grupo y conducido por el entrenador. Nos encontramos con hallazgos, dificultades, bloqueos y torpezas. Cada uno es distinto, y donde unos pasan con elegancia, otros nos sentimos zarandeados o nos pegamos un trompazo.

Como pasear por un bosque, sumergirte en las profundidades marinas yleer una novela, participar de una clase de IMPRO es entrar en otra dimensión. Emerger de la realidad para entrar en otra movida. Cada entrenamiento, cada clase un viaje, una experiencia vital, una aventura. La práctica como ejercicio de  conocimiento. Complementado por el análisis y la reflexión.

Aprender IMPRO implica explorar, palpar y desarrollar el material que cada uno trae consigo (imaginario, sensibilidad, recursos expresivos, espontaneidad, experiencias, cultura y todo lo demás), mezclarlo con el de los otros que plasman en situaciones escénicas únicas y sorprendentes. Se trata de cultivar la producción de lenguaje teatral improvisado. Te exige una actitud abierta y fecunda.

Tras cada propuesta irán apareciendo nuevas facetas. En el aprendizaje vamos abriendo puertas a nuevas experiencias escénicas. En la ejercitación descubrirás tus posibilidades (y dificultades) como improvisador. Un viaje para abordar nuevas experiencias, perseguir nuevos conocimientos.

Aprender IMPRO, además de ser una estimulante actividad artística, ampliará y enriquecerá tus cualidades como persona, como ser social, como integrante de un grupo: compartir, cooperar, crear en equipo, trabajar para el otro. Solidaridad, fraternidad, compañerismo. Aprender IMPRO es estética, ética…y lúdica. Una experiencia vital y festiva para recuperar el placer del juego, para sentirte seguro con tu cuerpo y con tus ideas, para encontrarte con tu locura interna, tus impulsos. Un espacio de encuentro, con uno mismo, con los otros.

Un lugar para desestructurar, desarticular preconceptos. Para sorprender y sorprenderse. Despojarse de prejuicios.  Vencer resistencias. Trabajar con lo imprevisto. Es un espacio de riesgo. De hallazgos… y de decepciones. El que algo quiere, algo le cuesta. Pero también el que la sigue la consigue.

Aprender a improvisar es atreverte siempre a más, es liberarte de tu personalidad y adquirir otras formas de vivir (en la escena), más insensatas y audaces, voluminosas y coloristas. Materializar tus fantasías y temores. Aprender a improvisar es apasionante, tomar continuamente decisiones y disfrutar del vértigo de lo desconocido. Originalidad e innovación.

Hay circunstancias que nos cambian la visión, la percepción de lo que nos rodean, de uno mismo en el plano artístico y vital. Aprender IMPRO puede ser una de ellas. Experimentación y vivencia. ¡Una opción jugosa y nutritiva!

La pasada semana con mucha ilusión participé en una clase de prueba de patinaje sobre ruedas. Éramos tres adultos con nuestras torpezas e inseguridades y 3 niñas con experiencia y destreza. No fue fácil para la profe la mezcla. Las niñas elegantes y precisas se partían de risa viéndonos deambular descontrolados por la pista. Acabé magullado por una tonta caída. Este domingo iré, con máxima ilusión. Me pondré rodilleras, coderas, casco,… la profe tendrá trabajo.

IMPROcedencias, por Pablo Pundik
Un momento reposado para abalanzarse sobre la IMPRO, siempre tan vertiginosa y escurridiza. Reflexión y análisis. Cavilaciones y conjeturas. Chorradas y exabruptos. Piezas de un rompecabezas. Para ampliar y reforzar la comprensión del universo IMPRO.